La noche en que Anquela humilló al Madrid de Florentino.


"El partido importante no es el de esta noche, nuestro partido es el del domingo frente al Conquense". Con esa frase inició Anquela la hazaña de dimensiones faraónicas en la que su modesto Alcorcón destrozó al Real Madrid de Florentino y los 250 millones de euros. Esto nos viene a decir que en el fútbol no todo se puede comprar. Florentino rezaba en su eslogan de campaña: "Vuelve la ilusión", pero él no sabía que la ilusión es algo que se tiene o no se tiene, pero en ningún caso se puede comprar. Este nuevo Real Madrid de Pellegrini, Valdano y Florentino desembolsó una cantidad astronómica de dinero para traer lo mejor del mercado, aunque algunos empiecen a ser cuestionados.

La verdad, y ahora que lo pienso, poco se le puede reprochar a Florentino, cuya misión está cumpliendo con creces. Trajo a Kaka', Ronaldo, Benzema, Albiol y a Arbeloa, pero como a los señores de la parcela deportiva les faltaba un conductor de juego, llegó después Alonso. Pero parece que ese director que tanto se buscaba en el Real Madrid aun no ha llegado, y me refiero al director supremo, al que entrena, hace las alineaciones y busca el estilo de juego. Pellegrini llegó triunfal del Villarreal, al que hizo grande. Pero esto es el Madrid, y en la casa blanca no basta con la medalla de plata en liga y llegar a una semifinal de Champions. Es más, este es el Madrid de Florentino y la Champions, la de la final del Bernabeu, y en este Madrid, acomplejado también por un Barça inhumano, hay que ganar y jugar bien.

Y lo de ayer viene a confirmar que ni se juega bien, ni se gana. Que tampoco hay un estilo y que el equipo aun no muestra indicios de que hay un trabajo detrás. Sí lo hubo en frente, donde se plantó un equipo modesto de 2ªB frente al mejor club del siglo pasado y le pasó por encima en ilusión, casta, fuerza, velocidad, juego... en todos los aspectos que podamos imaginar. El resultado, una paliza escandalosamente escandalosa que pasa a formar parte de la historia de Alcorcón, y por supuesto, de la historia del Real Madrid, cuyo nuevo siglo no se está pareciendo en nada al glorioso siglo XX, y es que, ahora, el Madrid parece conformarse con mirar atrás y disfrutar de su museo. Pero la historia sigue, y en ese museo, anoche le hicieron un hueco al ridículo del siglo, o mejor dicho, a los héroes del Alcorcón.