Racing Jaén, invicto. (Jornada 7)

Nunca ha estado en las quinielas, y me consta que sigue sin estar. El Racing Jaén Clima no es, ni mucho menos, uno de los equipos llamados a discutir esta liga que, pese a la enorme igualdad que hay entre los de arriba, parece que al final será cosa de Poderoso Caballero. Pero mientras el Villacarrillo termina de cocinarse a fuego lento y Los Villares coge carrerilla, el Racing Jaén Clima se ha empeñado en dejar a Don Dinero a la altura del betún y de momento es el único equipo que aun no conoce la derrota en esta Preferente. A la base jovencita que el Racing había diseñado para su plantilla, Joaquín Pérez ha añadido la veteranía de Adrián, Jesús De la Torre, Medu y Manu Astorga, gente del fútbol curtida en mil batallas que le está dando al Racing una serenidad y un saber estar que le suele faltar al impulsivo carácter del chico joven. Fuerte y equilibrado, el Racing tiene además pólvora y fantasía arriba, ya que Víctor Mena (que ya lleva dos goles) se une a Samuel, Pingu o Fernando, que ya estaban. Soñar, y nunca mejor dicho, no cuesta dinero.

También le está saliendo barato el sueño al Carolinense, que pese a que ha salido cuesta arriba (ya ha viajado a Jaén, Los Villares y Castillo), ha sabido aguantar el tirón inicial y tiene el liderato a dos puntos. Esta semana ha ganado 1-0 a La Guardia, y ahora el calendario le dará un respiro a no ser que los Hispania, Mancha Real y Alcaudete den la sorpresa y comiencen a despegar a su costa. Una sorpresa parecida a la que el Huelma le ha dado al AD Mancha Real, que sale del descenso por primera vez en la liga y deja colista al equipo de Javier López, un equipo, éste, al que agrada verle jugar y del que me niego a pensar que es carne de cañón.

Pero el resultado de la jornada no es el 4-2 del Villacarrillo a ese Útica que se la ha vuelto a pegar en una plaza fuerte, sino la cornada que le ha dado el Valdepeñas al Villanueva del Arzobispo en el campo de San Blás. Me dio alegría cuando anoche, a eso de las once, me llamó un amigo para comentar la jornada y me dijo: “Nachete, ¿has visto la alineación del Valde?” Pues sí, ahí están, los once valdepeñeros. En su día empezaron a jugar, mejor o peor, un tal Cali, Higueras, Julián, Alberto, Juanma, Manolillo, Pedrito, Sansa, Elías, Chino, Pedrito….y ahora les ha llegado el turno a Lelo y Guili. Están sufriendo y seguirán sufriendo, pero en Valdepeñas cuidan a su gente como orquídeas y no como si fueran cactus del desierto de Arizona. Insisto, van a sufrir mucho, pero estas pequeñas alegrías son grandes conquistas para un pueblo y para una filosofía. Lo dicho, soñar no cuesta dinero