
Y es que, el 2-4 en Villanueva no es más que el producto de la familia que se ha creado en el Racing Jaén; y la familia, producto también de los buenos resultados. Cuando las cosas se hacen bien y desde la humildad, todo suele salir rodado, como le está pasando al Racing, que lo uno influye en lo otro y viceversa, teniendo como resultado lo que podeís ver: un grupo de amigos que trabaja, se divierte y que ha conseguido situarse como líder provisional de la Regional Preferente a falta de dos jornadas para que concluya la primera vuelta. Este Racing nos viene a demostrar una vez más la importancia de la palabra compromiso, y además, nos recuerda también que hay cosas que no se pueden comprar, como la felicidad, por ejemplo. O como me decía Víctor Mena durante la comida: "El ambiente de este grupo no se puede comprar con dinero; como el agua, que es el bien más grande que tenemos, indispensable para vivir, y es gratis". Amén.