El nuevo líder de la preferente es una familia.

No buscan el ascenso. No miran calendarios ni les preocupa la clasificación. No cobran un duro, no tienen presión. ¿El objetivo? entrenar, jugar y disfrutar, y de paso, hacer amigos, que para eso está montado esto del fútbol, ¿no? Era el comentario que reinaba en la comida de ayer: "el fútbol tiene sentido por momentos como este". Porque ayer, la plantilla del Racing Jaén se juntó, con motivo de nada, para disfrutar del domingo en el Hotel Almoratín de Torres, situado en el corazón de la Reserva Natural de Sierra Mágina. Y todo, por gentileza de Enrique Frases, que conoce al grupo humano que se está formando en el Racing y quiso invitarles a comer paella, independientemente del resultado conseguido el sábado en Villanueva del Arzobispo.

Y es que, el 2-4 en Villanueva no es más que el producto de la familia que se ha creado en el Racing Jaén; y la familia, producto también de los buenos resultados. Cuando las cosas se hacen bien y desde la humildad, todo suele salir rodado, como le está pasando al Racing, que lo uno influye en lo otro y viceversa, teniendo como resultado lo que podeís ver: un grupo de amigos que trabaja, se divierte y que ha conseguido situarse como líder provisional de la Regional Preferente a falta de dos jornadas para que concluya la primera vuelta. Este Racing nos viene a demostrar una vez más la importancia de la palabra compromiso, y además, nos recuerda también que hay cosas que no se pueden comprar, como la felicidad, por ejemplo. O como me decía Víctor Mena durante la comida: "El ambiente de este grupo no se puede comprar con dinero; como el agua, que es el bien más grande que tenemos, indispensable para vivir, y es gratis". Amén.