
El Hispania se encontraba solo ante el peligro, desamparado, en puestos de descenso directo y sin el respaldo de su pueblo. Recuerdo que Martínez, uno de los veteranos del equipo, me contaba resignado que la gente de su pueblo no estaba valorando el trabajo que estaban haciendo. Que mientras en otros clubs, el problema es que los jugadores son los primeros que no se implican y no entrenan, la plantilla del Hispania acudía a entrenar en su mayoría. Martínez me contaba amargado que ellos estaban trabajando, pero que no estaban teniendo suerte.
Sin fortuna y sin afición, el Hispania regresa a Primera Regional a falta de cinco jornadas y con unos números muy tristes:
* No gana desde el 6 de diciembre de 2009 (0-1 al Alcaudete)
* Es el equipo más goleado (80 goles en contra)
* Es el segundo peor equipo como local: diez derrotas y un empate en los últimos once partidos jugados en casa.
* Es el segundo peor visitante de la liga: una victoria (Alcaudete) y diez derrotas.
En fin, la Regional Preferente pierde dos cosas: a un equipo de gente sana y deportiva, y a unas de las mejores instalaciones de la categoría.