Semana de Pasión Blanca

El patio del colegio...
por Cristobal Barrionuevo.


Terminó la Semana Santa y con ella, la semana de pasión que el Real Jaén ha llevado a cabo durante su peregrinaje en los dos últimos encuentros disputados contra Ceuta y Águilas. Como un fiel penitente los pupilos de Cervera se han aplicado en el mandamiento del PERDÓN hacia sus enemigos y hasta le han concedido el beneplácito de la RESURRECCIÓN.

Se podría escribir un mismo guión para estos dos últimos partidos: un Real Jaén que no mata los partidos porque no sabe marcar los tiempos del juego y finalmente acaba por regalar puntos a sus rivales.

No me gusta juzgar el trabajo de los entrenadores ya que lo único que les avala son los resultados, pero me atrevería a decir que esta temporada, con la llegada del nuevo técnico, el equipo ganó en brillantez en el juego y sin embargo se olvidó de la contundencia resultadista de Terrazas.

Este Real Jaén me recuerda mucho a los equipos filiales que son capaces de TODO y de NADA. Capaces de ganar a cualquiera, de gustarse en ocasiones, de realizar épicas remontadas y de pifiarla en el momento clave de la competición.

Pero así son las cosas en el mundo del fútbol, y aquel que haya competido alguna vez estará más capacitado para tolerar este tipo de situaciones, no caerá en el insulto fácil y la descalificación, creerá en la profesionalidad de sus jugadores y seguirá luchando hasta el final.