El aroma de la liguilla.

Ayer ganó el Jaén por 2-0 al filial del Real Betis en un partido que podía llevarnos a disputar la segunda plaza, pero pronto se convirtió en puro trámite cuando durante la primera parte supimos de la victoria del Melilla en Ceuta. De todos modos, el partido sirvió como aperitivo de lo que se espera vivir durante el próximo mes, cuando la ciudad se meta de lleno en el play off de ascenso a 2ª División.

Porque una hora antes de que comenzara el partido, pasaba yo por Ejército Español y ya veía gente con las camisetas del Real Jaén en dirección al estadio, igual que unos coches que subían por el Paseo de la Estación y giraban a la izquierda en el cruce del Condestable con unas bufandas atadas a los retrovisores. Más adelante, la esquina de Pioneros era un hervidero de gente joven que llegaba hasta los aledaños de la plaza de toros. El blanco inundaba la avenida e incluso tuve que apagar la radio del coche para poder escuchar algunos cánticos. La ciudad ya ha empezado la fiesta.

Una hora más tarde, comenzaba el partido y La Victoria presentaba un aspecto expectacular. Unos 9000 aficionados se dieron cita para saborear el aperitivo que precede a la liguilla de ascenso, y aunque el partido no fue nada del otro mundo, la gente cantó, hizo la ola y disfrutó con un equipo que otra vez nos hará soñar durante un mes. Y es que del partido basta con decir que llegó un filial con ganas de hacer buen fútbol pero que se estrelló contra un Jaén muy bien posicionado y muy serio en defensa. El Real Jaén tiene un entramado defensivo que es cemento armado y una delantera capaz de sacar petroleo de la nada, por eso, quiero firmar debajo de los que dicen aquello de: "porque este año subimos a segunda y pobre del que quiera robarnos la ilusión".