Pues no me gusta ir de SuperFavoritos.

No podemos negarlo, es cierto que España tiene el mejor equipo del mundo. Y con diferencia. Ni pulpo ni brujas Lolas, nuestro pais tiene una selección de fútbol que es una auténtica apisonadora. Supieron digerir el mal trago de Suiza y después, con más o menos ansiedad, han ido demostrando partido a partido una superioridad insultante sobre el resto de candidatos al título. La Brasil de Dunga aburría y se marchó a casa en cuartos junto con el bocazas de Maradona, que apenas le cogió un equipo medianamente serio defendiendo, se "chupó" una humillante goleada. Menos mal que las porterías no estaban a lo ancho...

Éstos, los alemanes, ya habían destrozado previamente a la Inglaterra de Capello. Tendría que ponerme a buscar si Capello ha recibido cuatro goles en un partido alguna otra vez... y después, como ya sabéis, le pintó la cara a Maradona con un 4-0 histórico, del que también habría que estudiar si existe precedente. Alemania asustaba con sus ocho goles entre octavos y cuartos, pero entonces llegó España y los puso en su sitio. Sencillamente brutal. Estos duelos me empiezan a recordar a los Nadal-Federer, y es que al pobre caballero de Löw sólo le falta ponerse a llorar.

España es tan superior al resto que, como decía al principio, es imposible negarlo. Pero esto empieza a mosquearme. Löw, Van Nistelrooy, Cruyff o Koeman, son algunos de los personajes del mundo del fútbol que están rendidos ante el juego de la "ñ" (no me gusta lo de "La Roja") y casi están entregando los 6 kilos de oro a Casillas antes de bajarse del autobús. Realmente, sobre el papel somos infinitamente superiores a Holanda, pero esta gente tampoco ha ganado nunca un Mundial y vuelven a una final 32 años después. Nosotros somos mejores, pero lo del domingo sigue siendo una final de un campeonato del mundo y ellos también quieren hacer historia. Prudencia, por favor.