
El caso es que este nuevo Iliturgi viene con fuerza. El sábado recibió al Carolinense y ambos equipos protagonizaron un partido igualado que finalizó con un justo empate a uno, buen resultado para un recién ascendido a Preferente si se tiene en cuenta que el equipo de Sánchez Amezcua está pensado para volver cuanto antes a la 3ª División. La verdad es que no fue un partido divertido, el campo de cesped natural de Andújar se hizo enorme y pesado para unos futbolistas que aun deben de coger el tono físico, así que las fuerzas estaban bastante igualadas y la portería contraría se antojaba un largo e incómodo viaje. Con una limitada capacidad de amen
aza, el 1-1 y alguna que otra ocasión resultaron una bendición para los que sacrificamos la primera parte del Barça-Sevilla por este Iliturgi-Carolinense.
No obstante, el partido y el resultado debió dejar buen sabor de boca a los aficionados azulgrana, porque el Iliturgi tiene mimbres para realizar un buen trabajo cuando empiece lo serio dentro de tres semanas. Gente como Pozo, Lara o Trenas cubren la retaguardia con
garantías, y los Rubén, Pedro Abel, Rodri, Marcial o Devés serán los encargados de llevar el peligro a la portería contraria. Permitidme una mención especial para una debilidad futbolística llamada Rodri, joven medio centro que ya deslumbró en Martos y que tiene ese perfil jugón que tanto prolifera hoy día en este país. Rodri juega a dos toques: recibe, toca y la quiere otra vez; vuelve a recibir, vuelve a tocar, y se vuelve a ofrecer. Es la materia gris del Iliturgi, el cerebro, el conductor. Sin embargo, el domingo desnaturalizó su ADN en la media punta. Aunque se puede buscar en él la sutileza y la genialidad del último pase, todo es más sencillo y nítido cuando él piensa y él inicia. Así pues, con juventud, talento y cantera, el Iliturgi ha iniciado ya su reconquista.