Hogar, calentito hogar...

Ya estamos aquí. Esta mañana no eran ni las ocho cuando ya me había despertado de manera natural, sin despertador... ¡Qué calor! Adios a la playa, a taparme con la sabanita por las noches, y a disfrutar de un mojito fresquito y en su punto a la orilla del mar. Más que a síndrome post-vacacional, suena a putada, putada de las grandes. Pero a pesar de los 45 grados que casi revientan ese termómetro de Jaén, lo que viene ahora no es ni mucho menos el infierno.

Tengo ganas de radio, desesperación por ver las pretemporadas, y ansia porque arrenque la pedazo de Preferente que vamos a tener este año. También estoy deseando de ver a mis niños de Los Villares, que ya van siendo chavalitos y que empezamos la pretemporada el
17, ¡ojo a este equipo de alevines! Menuda generación guapa que tenemos ahí, por no hablar de los que vienen por detrás...

Y bueno, aunque todo esto no cubre el extremo placer del mojito en primera linea de playa, para las noches de sábado tenemos Valdepeñas, o Valdefiestas, o Valdeparadise, donde también se está fresquito y se lo
montan bien. Primero porque las tertulias solo giran en torno al fútbol, segundo porque aunque te puedan llamar en un momento dado "vacíacorrales" (forastero), realmente te sientes como en casa, y tercero porque pronto son las fiestas realengas y merece la pena subir a verlas. Por cierto, el Valdepeñas arranca este año con un equipo más canterano que nunca. Es un desafío romántico pero muy complicado, porque allí la mayoría de la plantilla estudia fuera, y el que no estudia tiene vendimia y luego aceituna... Pero bueno, en Old Trafford cualquier cosa es posible.