Ahora que llega el derbi...

Tengo que admitir que ya no vivo estos derbis como antes, recuerdo cuando casi no dormía ni antes ni después de estos partidos... Un amiguete mío me contaba un día, refiriéndose al Real Madrid, que cuando entras en el mundo del periodismo deportivo, lo haces porque te gusta el fútbol, y si te gusta el fútbol, está claro que eres de un equipo, por supuesto. Pero a veces pasa que por unas circunstancias o por otras, contaba, todos tus esquemas se rompen y al final acabas siendo del equipo en el que están tus amigos. Esto en parte es bueno, porque apartas el forofismo a un lado y tus reflexiones son algo más objetivas (aunque, lógicamente, quieres que ganen tus colegas), pero por otro lado, la pasión al vivir los partidos ya no es la misma. Es el equipo de tu colega, no el de tu corazón.

Sirva la poca objetividad con la que está escrito este comentario, que no crónica ni noticia, para decir que el derbi de este año acaso llega un poco descolorido y con favorito claro, al menos desde mi modo de ver las cosas. Siendo muy sugerente el título que alguno de vosotros, amigos lectores (gracias por pasar por aquí), me habéis dejado en forma de comentario, yo apostaría por algo más diplomático y explicaría que Los Villares vuelve a tener mimbres para qué sé yo, y que Valdepeñas llega en plena fermentación de su nueva hornada de chavales, he aquí algunos nombres: Lelo, Cris, Carnetuna, Navajas, Ariza... El desnivel parece evidente, pero esto es fútbol y está permitido soñar.

De hecho, no hace mucho que Francisco, el mítico "Patatillas" de Valdepeñas (ahora entiendo por qué allí es casi leyenda), reunió a sus futbolistas al final de un entrenamiento para recordarles que ese sueño lleva siete años consecutivos haciéndose realidad: "niños, vosotros sois el Valdepeñas, y vosotros sois valdepeñeros. Y vuestro equipo y vuestro pueblo, es el que más años seguidos lleva en la Preferente. Vosotros vais a ser los encargados de defender esa trayectoria y esa historia, así que quiero compromiso y sentimiento", o algo así. Escuché esas palabras y miré a esos chavales con alegría y cierta envidia, sana, por supuesto. En fin, qué queréis que os diga, yo, canterano y orgulloso educador en cantera, me identifico mucho con estas situaciones. Pido perdón a mi tierra, pero mis ideas, la amistad, y sobre todo la sangre, me tiran este año, sin forofismos, hacia el sur. El derbi de los niños, cuando llegue, sacaré pecho con mis villarieguitos y los de mis compañeros, y será otra historia.