La atención sanitaria en nuestros campos de fútbol.

Hace un par de semanas estuve viendo el partido Vilches-Linares y sucedió lo que puede suceder en cualquier estadio de cualquier pueblo o ciudad. Resulta de que en un lance del juego, el delantero azulillo, Jesús Navarro, recibió un golpe en la barbilla que le hizo perder el conocimiento durante un corto intervalo de tiempo. Jesús se tragó la lengua y los servicios médicos del club linarense evitaron la tragedia. Hoy, aquel episodio es una anécdota más.

Linares, al que se le ven pinceladas de su histórico antecesor (presencia de médico, fisioterapeuta, utilleros, ruedas de prensa...), estuvo preparado para afrontar una situación así, pero me pregunto cuál habría sido el desenlace si la historia hubiera ocurrido en cualquier otro campo y a cualquier otro club. ¿Estamos preparados? Creo que la respuesta es NO. Que yo sepa, en los partidos siempre veo al entrenador, al preparador físico, y al caballero de avanzada edad que lleva el agua milagrosa y el botiquín, e incluso a veces, este papel lo desempeña un jugador suplente.

Realmente, creo que se debería de poner solución a este asunto. Al igual que se precisa de las fuerzas del orden público en los campos de fútbol, pienso que también debería de estar presente en el estadio algún equipo de atención sanitaria. Recuerdo que durante la temporada pasada, hubo un equipo de urgencias en el campo Sebastián Barajas de Jaén, pero este año no hay ni rastro de ellos. No sé si estas cosas son muy costosas, no tengo ni idea, pero aunque la mayor parte de la liga estarán viendo plácidamente el partido, tal vez en alguna ocasión podrían salvar una vida. Total, sólo estarían en el estadio un par de veces al mes, que son los partidos que un equipo juega en casa en un mes...