Villacarrillo abandera nuestra resistencia.

Hace unos meses que le despedimos de la Preferente y le deseamos toda la suerte del mundo en su nueva aventura autonómica. Villacarrillo fue valiente al adentrarse en ese Triángulo de las Bermudas que la Primera Andaluza significa para los equipos de nuestra provincia. Aunque no se atisva el peligro, lo cierto es que muchos de nuestros equipos no hacen el regreso a casa una vez emprenden el viaje, y nadie sabe el por qué. Bueno, sí. Sirvan algunos ejemplos: Alcalá, Torredonjimeno, Urgavona, Carolinense, Iliturgi...

Ahora que se cumplen siete temporadas de una categoría pensada para nueve equipos malagueños y nueve de Jaén, el parte de bajas en nuestra provincia es lamentable. La categoría se antoja inviable, al menos en nuestra tierra. Pero Villacarrillo se erige ahora como principal esperanza en un arranque liguero en el que solo contamos con cinco naves: Villacarrillo, Carolinense, Úbeda Viva, Real Jaén y Bailén. El resto, malagueños. Ésa ha sido la evolución: de nueve equipos jiennenses, se ha pasado a cinco; y de nueve equipos malagueños, se ha pasado a trece. Las consecuencias: más viajes, más gastos para los nuestros. Mayor riesgo de quiebra.

Se agradece, pues, que en una categoría que se me antoja como el sótano malagueño de la Tercera División más que otra cosa, sea uno de los nuestros quien asome la cabeza sobre el resto. El Villacarrillo presidido por Francisco Martínez, dirigido por Rafael Espino, y capitaneado por José Carlos Vinuesa, es el actual líder del grupo tercero de la Primera Andaluza, o sótano malagueño, insisto. No es éste uno de sus objetivos ni se contemplaba esta situación en su cuaderno de bitácora, sin embargo, ahí están luchando contra viento y marea. Por cierto, el Villacarrillo sigue sin perder un encuentro liguero en casa desde el 13 de abril de 2008. Enhorabuena amigos, estamos orgullosos de vosotros.