Víctor Mena rescata un punto de Valdepeñas.

Tener buenos amigos en el mundo del fútbol tiene sus cosas buenas, muy buenas, pero también tiene su parte mala. Hoy me resulta muy incómodo hablar del pésimo partido que realizaron mis coleguis de La Guardia en el campo del Valdepeñas, donde Víctor Mena, vestido de amarillo, volvió a marcar para rescatar un punto en su regreso a casa.

Y es que el Valdepeñas comenzó como lo suele hacer en su campo, con una primera media hora de alta intensidad y un ritmo vertiginoso en su juego que desbordaba el sistema defensivo de los de Guti. No es que brillaran como otras veces, pero el Valde le pone siempre mucho corazón al asunto, y mientras aguanta el físico, son un torrente difícilmente soportable. Así que a los veinte minutos ya ganaban con gol de Juan Alberto, ese estandarte verdiblanco que, aunque este verano tuvo la idea de colgar las botas, no sabe decir "no" ante la llamada de su club.

Pero, como una botella de champagne, el Valde perdió la fuerza del inicio, desapareció del partido y dio vida a un equipo del que todavía no se tenían noticias. Guti metió en el campo a Carlos y le situó junto a Víctor Mena para tener más presencia arriba, y en un balón colgado al área local, Carlos saltó con Antonio Ruiz y el árbitro señaló un penalti bastante dudoso, sobre todo teniendo en cuenta que Antonio Ruiz tuvo que abandonar el terreno de juego con la boca ensangrentada por recibir un codazo del delantero. Víctor Mena transformó el penalti y rescató un punto para su equipo. No obstante, aunque se puede dar por bueno puntuar en un campo como Valdepeñas, La Guardia necesitaba y necesita más. De momento, los de Guti descansan sobre la penúltima posición con tan sólo dos puntos, sin embargo, aun queda mucha liga, y lo verdaderamente preocupante es la sensación de equipo sin alma que dejó este domingo La Guardia, una falta de indentidad que le puede causar más problemas de los previstos.