Y en medio de la tempestad, el Real Jaén B.

Alberto Lasarte entrena al grupo de futbolistas con más futuro de la geografía jiennense, y ese equipo se llama Real Jaén B. Como ya lo fuera el Villacarrillo, el conjunto blanco es ahora el actual líder del Grupo 3 de Primera Andaluza, y comanda una categoría en la que sólo hay cinco equipos jienenses frente a dieciocho malagueños. Pero esto no es flor de un día, pues los chavales de Lasarte vienen demostrando su alto nivel desde hace meses, cuando tras finalizar en sexta plaza en la División de Honor de juveniles, se metieron en la final de la Copa Subdelegado para discutirle el título al Linares Deportivo.

De todo esto sólo se me ocurre una reflexión sencilla, clara y evidente: estos chavales tienen un talento increíble. No pretendo apuntarme ningún tanto al afirmar tal cosa porque estoy convencido de que cualquier persona con ojos en la cara puede dar fe de ello, sin embargo, los acontecimientos que se han ido sucediendo en el Real Jaén durante las últimas semanas suscitan una ristra de preguntas dentro de mi cabeza, la cabeza de un aficionado normal y corriente, la cabeza de una persona de a pie que sigue la actualidad del Real Jaén desde fuera.

Si el Real Jaén salvó su desaparición este verano en el último minuto, significa que estamos justos de pasta, ¿no? Y si no hay ni un euro, ¿Cómo es que unos días después de la salvación, la dirección deportiva se pone a hacer fichajes? Sencillamente es algo que no entiendo. Un jugador pide dinero a final de mes, pide su salario por el trabajo realizado. Si no hay pasta, ¿Cómo se compromete un club a pagarle a un futbolista? Pues tampoco lo entiendo. El caso es que el Real Jaén ha formado un bloque nuevo de futbolistas. Perfecto. Pero ahora, cuando no llevamos ni dos meses de competición, resulta de que hay jugadores que han cobrado y otros que no; que se ponen en marcha nuevas "maratones" para recaudar fondos; que Endesa corta el suministro eléctrico, y que no hay dinero ni para cubrir los desplazamientos de la cantera.

Yo pensaba, que ante la situación tan delicada como la que el Real Jaén atravesó este verano, en el club iban a dejar de pretender vivir por encima de sus posibilidades para empezar a posar los pies sobre la tierra, que iban a hacer un proyecto deportivo acorde con nuestra realidad. Además, eso dijo el presi sobre el cesped del Mini Estadi. Vamos, que pensaba que este año íbamos a tirar de cantera y punto. Supongo que podrían haber pasado dos cosas: que se nos hubiera aparecido la Virgen de Guadalupe y hubieramos conservado la categoría, o que el Jaén hubiera descendido matemáticamente a Tercera en la jornada 20. En cualquiera de los casos, descubriríamos la realidad futbolística de Jaén, y dentro de la gravedad de la situación, supongo que sería menos grave que lo que parece que nos espera.

Sin embargo, a los problemas que el club arrastra desde este verano, y los que iba a tener esta temporada en cuanto a los gastos propios de mantenimiento, supongo que habrá que sumarle los salarios de los futbolistas de esta temporada. Y supongo también, que habrá que esperar nuevas denuncias de los actuales futbolistas, que querrán cobrar por su trabajo. Vuelta a empezar. La duda que tengo es si el verano que viene alguien acudirá al rescate del club, otra vez. Y mientras tanto, tenemos un equipo filial con talento, con hambre y con ilusión, que es líder en su categoría y que si logran cerrar el curso dentro de una normalidad lógica, quien sabe, incluso podrían aspirar al ascenso a Tercera División. En fin, si alguien tiene un plan, espero que lo ponga sobre la mesa y que todo salga bien. Porque sería una pena que todo acabara, especialmente para estos chavales, que tienen talento y son el futuro. Son esperanza.