Valdivia será intervenido mañana jueves en Sevilla.

Esos de la foto somos "Russell Crowe" y yo en nuestra etapa del Racing Jaén. Así llamamos, cariñosamente, a José Valdivia, un delantero jienense que llegó a debutar en 3ª División y que ha militado en los clubes más importantes de Primera Andaluza y Regional Preferente. A sus 30 años, se ha roto el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha y el menisco interno y externo. Ahora mismo, a estas horas, cuando son las 23:17 de la noche, Valdivia se encuentra en la habitación de un hospital sevillano a la espera de ser intervenido mañana jueves a primera hora, concretamente a eso de las ocho de la mañana.

A Valdivia le conocí cuando coincidimos en Los Villares hace cinco temporadas, por aquel entonces nos entrenaba Julio Ángel Ruiz y la verdad es que fue un año dificilísimo. Teníamos un buen equipo, pero en octubre comenzó la instalación del cesped artificial en el campo de Los Villares y las obras se alargaron hasta el mes de junio, por lo que estuvimos prácticamente toda la temporada sin poder entrenar en nuestro campo. Aquellos martes de diciembre entrenando en La Salobreja eran feísimos, por no hablar de cuando Julio se buscaba la vida para poder entrenar en algún campo de la provincia y poder tocar así algo de balón durante la semana... Finalmente, después de algún que otro coqueteo con el descenso, pudimos salvar el equipo y Los Villares se quedó en Preferente. El fútbol es un tren de alta velocidad y de aquello nadie se acuerda. Insisto, el fútbol es así.

Aunque hubo mil problemas, jamás de los jamases olvidaré aquella temporada y aquel grupo humano. Fue algo parecido a lo que he vivido este año pasado en el Racing Jaén. Ninguno de los dos equipos tenía un vestuario propio, unos por las obras, los otros por las circunstancias. Pero sí había un Vestuario, y era enorme y lujoso, el mejor de la categoría, sin duda. Pasa como en la religión, una cosa es la iglesia, y otra muy diferente es la Iglesia, con mayúscula. Pues algo así pasó aquel año en Los Villares, de aquella plantilla nacieron amistades de fuertes raíces que aun perduran: Júber, que se ha convertido en uno de mis grandes amigos; Sergio, que nos vemos casi a diario y es otro grande; siguen por ahí Rubén Guerrero, Sergio García, Bolo, Dieguito, Mateo... ¡el grande y mítico Miguel Cutillas!

En aquel Vestuario conocí a Valdivia, un delantero que siempre se dejaba la piel en el campo por la camiseta que defendía. Que se crecía en los peores momentos y que nunca dejaba de luchar. Ponía películas para motivar al personal y recitaba frases legendarias para tocarte las fibras antes de ir a la "guerra". Era el primero en ir a la batalla y el último en volver de ella. Nunca se rendía... Y aunque en estos momentos está triste y un poco asustado, sé que mañana entrará al quirófano con valentía y saldrá de él para volver a las andadas. Porque "el Valdi" nunca se rinde.