El Valde mete a La Guardia en un lío.

Jorge Valdano tiene una frase que me encanta y que me parece uno de los evangelios del deporte: "el fútbol es un estado de ánimo". Me subo al barco porque estoy convencido de que, como todo en esta vida, si un futbolista está alegre y confía en sí mismo, si una persona disfruta con lo que hace, el rendimiento puede ser excepcional. Por contra, hasta el futbolista más brillante puede perder toda eficacia si le abandona la ilusión y la felicidad. Pues me da la sensación (y sólo es una opinión) de que el equipo de La Guardia tiene un problema importante con su estado emocional. Podríamos hablar de mayor o menor fortuna, o de rachas positivas o negativas, problemas pasajeros en cualquier caso, pero pasado el ecuador de la liga e iniciado ya el descenso, La Guardia sigue estancada donde empezó, sin mejoría de juego ni de resultados.

Ayer tenía que haber sido un día de fiesta, La Guardia estrenaba por fin su nuevo y flamante complejo deportivo y lo hacía con un partido fundamental para la permanencia del club en Preferente. Sin embargo, en el terreno de juego compareció un equipo triste y sin un guión aparente. Un equipo sin alma, sin una brújula que marcara la dirección o causa que motivara la discusión del partido. Daba la sensación de que al Valdepeñas le iba la vida en ello y que para La Guardia tan solo se trataba de un partido más, sin importancia alguna. Extraño, muy extraño si tenemos en cuenta que estos jugadores lucharon la temporada pasada por el ascenso hasta la última jornada. Conozco bien a esos futbolistas y estoy seguro de que no es falta de implicación. Algo falla.

Entre tanto, el Valdepeñas llegó enchufadísimo y con la identidad de siempre: joven, voluntarioso y trabajador. El decano de la preferente (seis temporadas consecutivas en Preferente, más otras dos con Andaluza intercalada) se mostró siempre bien situado en defensa y con la baza de Javilillo en el enganche, creando superioridad en el centro junto a Juan Alberto y Julián. Con orden atrás y superioridad en el medio, el Valde esperó a que aparecieran las tres avispas. Elías, en punta, abrió el marcador, y cuando pudo empatar La Guardia con un disparo al palo de Rafa Luque, el Valde montó una contra y Sansaloni (que ya suma 11 goles) hizo el segundo. Más tarde, Juanma haría el tercero para dejar a La Guardia a cuatro puntos y con una estocada preocupante.