Las estadísticas condenan al Villanueva del Arzobispo.

Se han jugado ya dieciocho partidos de liga en la Regional Preferente y tenemos a dos equipos descolgados en lo más profundo de la tabla, Castillo y Villanueva están agotando sus posibilidades de salvación semana a semana y todo apunta a que la próxima temporada arrancarán en Primera Regional. Aunque soy de los que piensan que mientras hay vida, hay esperanza, reconozco que van a necesitar algo parecido a un milagro para salvar la categoría.

Las estadísticas ya están dictando sentencia, el Villanueva del Arzobispo es el equipo de Preferente con los peores números de los últimos diez años: a estas alturas de temporada no se recuerda otro equipo con una puntuación tan baja. Último y con sólo cuatro puntos (ganó al Castillo 3-0 y empató a uno con el Guarromán), el Villanueva es, de largo, el conjunto más goleado (60 goles encajados) y el menos goleador (17), por lo que las perspectivas no son demasiado alentadoras. Además, la columna vertebral del equipo está compuesta por canteranos que empiezan a dar sus primeros pasos en el fútbol provincial, jovencísimos jugadores a los que se les está quedando grande una liga tan competitiva. Ningún equipo, en esta situación, ha conseguido jamás remontar el vuelo y permanecer en Preferente.

No obstante, intuyo que en Villanueva del Arzobispo ya esperaban una temporada como esta. Tanto su presidente como su entrenador, vienen asegurando desde el mes de agosto que el único objetivo del proyecto deportivo ha sido y es la supervivencia del fútbol en Villanueva. Nadie en el pueblo quería hacerse cargo del club, un club que aspiraba a la Andaluza pero que acabó estrellado en la quinta plaza a once puntos de la promoción, así que los actuales responsables rescataron al equipo con la única finalidad de ofrecer fútbol a los jóvenes deportistas de la localidad. Dicho todo esto, cualquiera diría que el Villanueva del Arzobispo es un barco tocado y hundido, pero yo creo que no ha hecho más que zarpar y empezar desde cero. No son los primeros, ni tampoco serán los últimos...