Un gol de Manu Astorga aleja a La Guardia del descenso.

Una vez arranca la segunda vuelta, los partidos de liga dejan de ser rutinarios compromisos dominicales para convertirse en finales de carácter trascendental de las que penden los proyectos deportivos de todo un año, e incluso, en algunos casos, lo que está en juego es el mismísimo futuro del club. Podríamos recordar casos de equipos que en su día perdieron la categoría en el mes de abril para desaparecer más tarde durante el mes de junio: Alcalá, Rus, Urgavona, Carolinense... Durante la segunda vuelta de la liga, el fútbol no es una cuestión de vida o muerte, es mucho más que eso, que diría el mítico Bill Shankly.

Así que estaba pensando que la victoria de La Guardia frente al Huelma fue una gran conquista. Los de Paco Soriano acechaban desde los puestos de descenso a sólo tres puntos, amenazaban con ganar para igualarles y robarles el goalaverage, era salir o descolgarse, doble o nada, por lo que el partido fue igualado, tenso y disputado. Feo. Nadie quería cometer errores. Huelma pudo salir ayer del infierno pero dejó escapar la oportunidad, no pudo o no supo hacer más. La Guardia temía volver a desplomarse pero no perdió la concentración y se fue a dormir con seis puntos sobre el descenso, eso fue lo único positivo, que no es poco.

Porque en realidad no parece que La Guardia pueda resistirse todavía a seguir coqueteando con la Primera Regional, relación peligrosa que mantiene desde hace varias temporadas. Ninguno de sus jugadores salió contento del partido, más que victoriosos parecían supervivientes de una contienda que se está haciendo más larga y pesada de lo imaginado pero que no ha hecho más que comenzar. El juego del equipo sigue sin ser lo que podría ser, sin embargo poco importa ya eso, pues la segunda vuelta consiste en sumar y La Guardia lo está consiguiendo: seis puntos de seis disputados. En un par de semanas volverán a su campo, volverán las finales en La Guardia, y seguramente todo será más fácil. Además, Víctor Mena ya está de vuelta...