Los secretos de nuestras selecciones. Parte 1.

Buenas noches desde Córdoba. Esta ciudad llegó a ser la capital del mundo, la ciudad más grande y culta del planeta en tiempos de los musulmanes. A unos cien o doscientos metros de donde os escribo, y cruzando un puente que atraviesa el río Guadalquivir desde que el Imperio Romano dominaba nuestros territorios, se levanta majestuoso sobre el resto de construcciones el torreón de la Mezquita Catedral. Hace una hora que se esfumó el miércoles y la noche transcurre serena aquí en el hotel Hesperia de Córdoba. He venido para acompañar a unos chavales que quieren conquistar estos paisajes, pues mañana, a eso de las 10:00 horas, arranca el Campeonato de Andalucía de Selecciones Provinciales en categoría infantil y cadete. Y el primer secreto de esta concentración que quiero desvelar es que han venido a ganar el torneo (nuestros infantiles son los actuales campeones).

LLegamos a Córdoba en torno a las 18:30h después de una hora y media de viaje. En el hotel ya esperaban algunas selecciones y seguían llegando otras tantas. Cinco de las ocho provincias andaluzas (Córdoba, Huelva, Cádiz, Almería y Jaén) nos hospedamos en estas instalaciones, incluído el colectivo arbitral, entre los que he reconocido a dos colegiados jienenses. Creo que la expedición de Almería había llegado minutos antes que nosotros, porque el hall de entrada estaba repleto de chabales uniformados con chandals de color rojo. Por cierto, algunos de sus cadetes parecían los padres de algunos de los nuestros, pero bueno, tampoco la selección española era la más corpulenta en Suráfrica y ya sabéis como acabó la historia.

Me resultó esperanzador ver que todos estos chicos ya sacan partido a este deporte: están haciendo amistades. Fue hermoso presenciar el reencuentro de viejos amigos que se han venido enfrentando en torneos anteriores: almerienses que se saludaban calurosamente con sus colegas de Jaén, cadetes jienenses que se fundían en un abrazo con compañeros de Huelva, gaditanos que charlaban con cordobeses... El comedor acogía a cinco expediciones que a partir de mañana serán rivales sobre el terreno de juego, pero por encima de todo, seguirán teniendo muy claro que son compañeros.

En fin, tras dar un pequeño paseito por el casco antiguo de la ciudad, nuestros chavales cenaron tranquilamente a eso de las 21:00h y después se dispersaron por las habitaciones para disfrutar de un par de horas libres. Recogieron sus equipaciones en la habitación de nuestro delegado y a las 23:30h se acabó el trasiego en los pasillos. De momento, y sin mayor novedad en el frente, nuestros cracks descansan en habitaciones dobles a la espera de que dentro de muy poquito, suene el despertador. A las 7:45 desayunan los infantiles, que juegan a las 10:00 frente al Huelva en un pueblo que se llama Villafranca, y a las 8:30, el mítico, el legendario, el genio de Fernando Campos, pasa revista a sus cadetes para viajar también a esta localidad (situada a unos 20 minutos de la capital) para jugar también contra la Federación Onubense a partir de las 12:00 horas.
Así que yo me voy despidiendo, pero antes dejadme que os confiese que esta expedición es cojonuda, que se respira un ambiente de hermandad impresionante. Desde unos chavales la mar de majos (con especial mención a una deliciosa conversación mantenida con José Pablo Domingo, lateral de nuestro equipo cadete), hasta un cuerpo técnico excepcional formado por cuatro entrenadores, un delegado, un enfermero y el director de la expedición. Y en medio de todo este sueño, disfrutando más que nadie con esta primera experiencia, me veo yo con la encomendada misión de narrarlo y contarlo todo. Mañana os traigo los primeros resultados, las primeras crónicas, y las primeras entrevistas. Me voy a la cama.

Buenas noches y hasta mañana, si Dios quiere.