El 7 de Europa.

Una vez, creo recordar que fue tras un gol con la selección en Noruega hace ya algunas temporadas, leí de Alfredo Relaño aquello de que "Raúl siempre vuelve", porque entonces España no era lo que es ahora y tuvo que ser un discutido Raúl quien salvara el descalabro. Cierto es que el ariete español ya ha jugado sus veinte mejores partidos y acaso ya no está para plazas de primera, pero esta noche ha demostrado que aun puede dar la talla en corridas de primer nivel. Su gol, y van 70 en Europa, mete virtualmente al Schalke en cuartos de la Champions, su competición. El 7 blanco (para mi lo sigue siendo) parece empeñado en reclutar fieles hasta el día en que decida colgar las botas, y esta noche es una buena ocasión para predicar la doctrina: Siempre Raúl.

Creo que a veces, yo el primero, no somos conscientes del futbolista que tenemos ante nosotros. En ocasiones he oído hablar a mi padre del "Torpedo Müller", un depredador alemán que por lo visto metía goles a diestro y siniestro, concretamente, había conseguido hacer 69 dianas en competiciones europeas, más que nadie en la historia, por encima de clasicazos como Di Estefano, Maradona, Cruyff o Van Basten. Pero entonces apareció un español para desafiar todos los registros y elevarse por encima de los más grandes, Raúl volvió esta noche a España para coronarse Rey indiscutible. Jurado puso el balón desde la izquierda y el 7 de Europa pensó más rápido que nadie, se adelantó a su marcaje, orientó el control hacia su izquierda y perforó la portería en el primer palo. 70.

Este gol "made in Raúl" le convierte en leyenda viva del fútbol mundial. Quizá nunca fue el futbolista más rápido ni el más técnico; tampoco el más alto o el de pegada más demoledora; y además siempre ha sido español, muy español. Tal vez por esto no le concedieron el balón de oro (premio en el que he dejado de creer) y sí lo mereció Owen por no sé muy bien qué. Pero Raúl siempre fue pillo, astuto, el más inteligente de la clase, el más trabajador. Como eterno capitán, cuentan que siempre ha sido el primero en aparecer por la ciudad deportiva y el último en abandonarla. El primero en remar río arriba cuando todo parecía perdido. Raúl siempre ha creído cuando el resto tiraba la toalla. Los goles son lo de menos, pero ahí están para los que un día le negaron la gloria. Raúl es ejemplo. Es leyenda.