Faltó un "cecchino".

El año pasado por estas fechas solía ver los partidos de fútbol con un amiguete italiano que más tarde se convirtió en una especie de hermano nacido en tierras lejanas. Mi colega Mirko era y es un excelente aficionado al fútbol y un enfermo del "Internazionale Milano", así que la temporada pasada pudo acercarse desde Jaén hasta Madrid para ver en directo la coronación de su equipo como Rey de Europa. Sin embargo, aunque sólo veíamos partidos de la élite, de vez en cuando vimos algún encuentro del Real Jaén o incluso de Preferente, y de vuelta al coche solía decir que al partido le había faltado un "cecchino".

Cecchino es la traducción italiana de francotirador, y así es como ellos llaman a los futbolistas capaces de transformar su única ocasión de gol, o a los tipos que golpean las faltas con precisión de cirujano. Ayer en Villargordo me acordé de Mirko: al partido le faltó un cecchino. Carlos Escucha es el máximo goleador del conjunto toxiriano y ayer pudimos verle en la grada con una pierna escayolada; y Juanlu es un chaval de Jabalquinto al que en Villargordo han encumbrado a categoría de crack por sus 23 goles en esta temporada, pero ayer cumplía sanción. Así que Torredonjimeno y Villargordo comparecieron sin sus delanteros titulares y ambos lo notaron. Entre Carlos y Juanlu podemos contar hasta 50 dianas, y sin ellos, las ocasiones de gol iban desfilando hacia ninguna parte.

Y es que, con estilos distintos, ambos equipos tuvieron oportunidad de llevarse el partido y encarrilar la eliminatoria. El Torredonjimeno volvió a desplegar su idea de juego, acaparó la posesión del balón, marcó su ritmo y dominó los tiempos. Ellos mandaban. Pero el Villargordo se sentía cómodo metido en su campo, muy bien posicionado y basculando de un lado a otro, esperando un error, un robo para montar el contragolpe y asestar el zarpazo definitivo. Con este guión perfectamente definido, Torredonjimeno se adelantó en el marcador pero no supo matar el partido, el Villargordo comenzó a intimidar en jugadas a balón parado, se creció, e incluso estrelló varios balones en los palos. Finalmente, en una de ellas empató el partido y viajarán al Matías Prats con la urgencia de hacer gol. Para entonces ya dispondrán de Juanlu, al que en Villargordo se encomiendan convencidos de que puede voltear la eliminatoria.