Qué grandes sois, pequeños.

Os prometo que mañana me pongo otra vez con la actualidad de la Copa y los rumores de fichajes, pues supongo que es a lo que venimos aquí, pero dejadme que hoy saque tiempo y palabras para rendir homenaje a mi equipito de alevines, ese grupo de niños con el que llevo trabajando y aprendiendo durante cuatro temporadas y del que me despido en unos cuantos días. A mi tampoco me gustan las despedidas, pero entiendo que todos los ciclos tienen un principio y un final. La próxima temporada pasarán a infantiles, nuestros caminos divergen en ese punto y dudo que la vida y el fútbol nos vuelvan a situar a todos juntos en el mismo frente, pero por si acaso, nunca diré "adios", sino "hasta luego".

Ahora comienzan un período espinoso en sus vidas. Algunos seguirán ligados al fútbol, otros se aburrirán y pasarán las tardes en casa o tirados en la calle, y espero que ninguno o sólo una pequeña minoría sigan la tendencia de otros tantos que cambian a su equipo de fútbol por la triste moda de aparentar lo que no son, pequeños y absurdos adultos con una ridícula atracción por el cigarrillo, el litro y el ligoteo. Tengo la esperanza de haber hecho bien mi trabajo, consistente única y exclusivamente en haberles dibujado el deporte de tal forma que sientan predilección, casi dependencia por él, por encima de cualquier otro hábito o afición. Sé que no me defraudarán.

Porque además creo que pueden llegar a ser buenos deportistas, futuros referentes para el fútbol de Los Villares. Han sido cuatro años de trabajo y evolución que se encumbraban ayer con el asalto a los cuartos de final de la Copa Diputación, una eliminatoria que traíamos de cara tras un empate a cuatro en casa del Vandelvira-La Gloria, pero que se marchó al limbo en los últimos cinco minutos del partido de vuelta, cuando el resultado (3-3) nos valía para descarrilar al cuarto clasificado de la Primera Provincial. Dos corners en dos minutos destrozaban el sueño de mis niños, una rebelión que no se culminó pero que sirvió para hacerles ver que, como decía Mourinho en referencia a Albert Einstein, "hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica: la voluntad".

Estamos eliminados y nos despedimos en unos cuantos días, pero la cantera de Los Villares dio ayer un nuevo golpe encima de la mesa. La pasada temporada fueron los benjamines. Los infantiles también se clasificaron para octavos pero fueron eliminados por el Real Jaén... Ya empiezan a verse generaciones interesantes e incluso algunos clubs de Jaén han confirmado su interés por algunos de estos alevines, de hecho, un niño villariego volvió a vestir la camiseta de la selección provincial después de catorce años. Sí, estamos en la calle, pero no puedo estar más orgulloso de estos "enanos" y de todo el fútbol base villariego.