Un partido para sentirse candidatos.

El aficionado del Real Jaén tiene motivos para presumir de filial. Los chavales de Alberto Lasarte ya están en la final de Bailén después de un año cargado de sobresaltos y dificultades. No es fácil cerrar una temporada cuando tu equipo se va debilitando progresivamente (primero salió Ángel y más tarde los alumnos aventajados) y sufre también las consecuencias de una crisis institucional y económica que amenaza con llevarse por delante a una entidad con 88 años de historia. Tampoco los chicos del Jaén B han visto un sólo euro en todo el año, y esta semana, cuando pensaban recibir el detalle de una taquilla que ellos mismos iban a generar (alrededor de unos 3000 euros), el club les comunicó que nanai de la china. Contrariados, se vistieron de corto y les sobraron ganas para descarrilar a uno de los favoritos.

Los Villares se presentó en Jaén con todo su equipo de asalto al completo: una plantilla de Andaluza, afición de Tercera, y la inercia de finalista iniciada en las remontadas de Villacarrillo y Úbeda. "Hemos vuelto a jugar fuera de casa", explicaba Lasarte al final del partido refiriéndose a la masa social que el club villariego arrastró hasta el estadio de La Victoria. Los Villares llegó con todo pero se dejó en el banquillo a dos de sus jugones por excelencia: Mario y Germán. Aun así, Los Villares discutió la posesión al filial blanco en la primera parte y terminó por cercarle en la segunda, coincidiendo, curiosamente, con la salida de estos dos. No cabía otra, tenían que intentar controlar el partido todo el tiempo que fuera posible, los minutos corrían en su contra.

Sin embargo el Real Jaén se adelantó en los primeros compases de la segunda parte y Los Villares sintió entonces que el agua le llegaba al cuello, dibujó tres defensas, un pivote por delante, y una fantástica anarquía en el ataque con dos bandas fijas: Pedrito y Jacob (que tuvo dos goles cantados a lo largo del partido). Pero esto no fue suficiente para desestabilizar a unos chavales que jugaron como veteranos. Cuando tuvieron que jugar, jugaron; llegó el momento de esperar, y esperaron; y cuando vieron la oportunidad, salieron a la contra para destrozar a un equipo villariego que andaba ya totalmente desmelenado. 3-0 al final y rumbo a Bailén. El filial blanco ha demostrado que sabe competir y crecerse ante las adversidades. Este Jaén es mucho Jaén y puede sentirse candidato. Real Jaén B-Linares, un partidazo para cerrar la temporada.

Por cierto, en lo meramente extradeportivo hay que destacar el bonito gesto de la directiva de Los Villares, que decidió donar el 50% de la recaudación de su rifa habitual del jamón, a la plantilla del Real Jaén B. Detallazo.