Pedrito y Chino firman en Valdepeñas.

Vuelven a casa. Hace cuatro temporadas, Los Villares sacó a Chino de Valdepeñas para montar una propuesta futbolística en torno a él y a otro crack del centro del campo llamado Júber. Resultaba extraño y casi imposible vislumbrar al estandarte valdepeñero defendiendo la camiseta del pueblo vecino. Para quien no lo sepa, existe cierta rivalidad histórica entre Los Villares y Valdepeñas, dos pueblos separados por la mítica cumbre de La Pandera y cuya rivalidad alcanza su máximo exponente en los derbis del fútbol. El fichaje de Chino por Los Villares fue algo similar al "Florentinazo" del año 2000, cuando el Real Madrid vistió de blanco al capitán del Barça. Pues algo así...

Después de cuatro temporadas, el que fuera ídolo de la afición valdepeñera se ha convertido también en uno de los iconos villariegos, capitán del equipo y figura respetada dentro del vestuario. No voy a decir que es el mejor medio centro de la provincia porque estaría mintiendo, pero me atrevo a asegurar que se trata de uno de los más completos. Técnico, inteligente, fuerte, rápido, jóven... humilde. Sus características posibilitan verle tanto de medio centro como en la media punta, pero si se ha ganado el cariño de los villariegos ha sido por su despliegue físico. Chino es un jugador sacrificado que empapa la camiseta en cada partido, que muerde desde el minuto uno y hasta el pitido final. ADN valdepeñero.

Así que en agosto volverá a casa junto a Pedrito, el goleador de La Pandera que llegó a Los Villares un año después que Chino y que también ha sabido ganarse el respeto del máximo rival. Pedrito es otro muchachote joven, delantero fenomenal, que lleva el gol en la sangre. Su velocidad y desborde han propiciado su adaptación a la banda, donde ha jugado los dos últimos años. Sin embargo, Pedrito no es jugador de banda, sino un delantero versátil y con mucha movilidad capaz de mantener en jaque a la defensa rival. No existe la tranquilidad ni el sosiego si Pedrito anda cerca, la amenaza de recibir un gol sobrevuela el área los noventa minutos.

Pues ambos, los jugadores más deseados de la zona sur, han cerrado ya su fichaje por el club de sus amores. Su pueblo les espera con los brazos abiertos y por fin este año podremos empezar a responder esa pregunta que tanto nos hemos hecho: Si Pedrito y Chino, valdepeñeros ellos, volvieran a casa algún día, ¿Dónde estaría el techo del Valde? Lo sabremos a partir de septiembre. Valdepeñas cumple un sueño. Después de muchos años de trabajo y fidelidad a una filosofía de cantera, Valdepeñas estará en la parrilla de salida con un entrenador valdepeñero, y un equipo valdepeñero, joven, canterano... y competitivo. Felicidades, os admiro vecinos.