Torredonjimeno marca el ritmo.

Volvió a ganar el Torredonjimeno. "Y en plena romería", se encargó de recordar Roger tras el partido para evidenciar el compromiso tan grande que han adquirido sus jugadores con la causa, algo que todavía se echa en falta en el desangelado graderío del Matías Prats. Lástima, porque el sábado disfrutamos de un partido muy disputado, y animado por la valiente propuesta del Recre. Por primera vez en esta nueva era del Torredonjimeno, un equipo visitante saltó a la hierba natural del fortín toxiriano con una orden clara de asalto. Nada de encerrarse, nada de guardar gasolina para el final. La consigna era evidente: presionar arriba, robar el balón de inmediato, y mantener la posesión tanto como fuera posible.

De esta manera, el Recreativo de Bailén mantuvo en jaque a su rival gozando, incluso, de las ocasiones más claras para adelantarse en el marcador, sin embargo, ni las internadas de Pedro Abel, ni un penalti errado por Paquillo pudieron sembrar el pánico en el Matías Prats. Por momentos, el Torredonjimeno tuvo el balón y supo hacer daño al Recre, pero a la vez, sobre todo en la segunda parte, dio muestras de fragilidad ante un equipo que acabó físicamente más entero. No obstante, supongo que ambos entrenadores habrán sacado conlusiones positivas. El Recre ya tiene la prueba de que está para altos vuelos; el Torredonjimeno ha sabido sufrir y ha sacado adelante un partido donde, de repente, se vio sin la posesión que acostumbra, fuera de su hábitat natural, y con un hombre menos durante veinte minutos. Y lo más importante, ambos pueden estar orgullosos del trabajo de cantera que están ejerciendo.

Mientras los toxirianos se encaramaban a la primera posición, y el Recre comenzaba a soñar, La Guardia despegaba ante un Valdepeñas tierno y lleno de dudas. Sin Chino, Pedrito, Julián, Juanma, Guili o Alberto, el Valde se quedó en la categoría de equipo voluntarioso que no pudo hacer nada ante los de Julián Beltrán, que aunque también acusaban bajas como la de Manolín, Jose Manuel o Fernando, se mostró muy superior, mucho más fuerte y peligroso. Algo parecido a lo que sucedió en Los Villares, donde el Iliturgi intentó derribar un tanque usando piedras y palos. Ni Devés (desaparecido), ni Rodri (perdido en la media punta), ni Pedro Jesús (en mi opinión, desaprovechado en el lateral), fueron armas lo suficientemente poderosas como para crear si quiera cierta incertidumbre a un conjunto villariego de muy buenos jugadores pero con muy poco fútbol.
Todo esto, más la confirmación de un gran Porcuna, la emergente situación del Santo Tomé, las sorpresas del Huelma y el Mancha Real, y los casos de Vilches, Beas o Villargordo (a los que aun se les espera), reafirman la teoría de una preferente igualadísima que ofrecerá guerras sin cuartel en la zona alta y en la lucha por la salvación.