"Keep your feet on the ground, and keep reaching for the stars"

Inmediatamente después de volver a escuchar las palabras de Manolo Anguita y Antonio Arco, presidentes del Torredonjimeno y el Iliturgi respectivamente, me ha venido a la mente esa consigna escrita en inglés, acuñada por un periodista excepcional como Juan Antonio Alcalá. Viene a decir algo así como "Mantén los pies en el suelo y trata de alcanzar las estrellas". Ambos presidentes, dirigentes, curiosamente, de clubs que en el pasado conocieron la Tercera e incluso la Segunda B, coinciden en un discurso y una filosofía que apuesta por ser consecuentes con la realidad de su cantera. O lo que es lo mismo, aseguran que el nivel de sus chavales marcará el techo del club.

Decía Manolo Anguita: "Es verdad que en Torredonjimeno tenemos 14.000 habitantes y que, por tanto, tenemos un potencial humano que no lo tienen otros pueblos. Pero aun así, para nosotros sería muy fácil basar el equipo en jugadores de fuera de la localidad y tener los justos de casa, pero ese no es nuestro objetivo. Lo que estamos haciendo es hacer justicia con lo que es la cantera de Torredonjimeno, que siempre ha sido una de las mejores de la provincia. Queremos darle la oportunidad a los chavales y en este sentido lo tenemos muy claro."

Y es que en tiempos no muy lejanos, Torredonjimeno y Andújar tocaron el cielo con las yemas de los dedos, con equipos de referencia en nuestra provincia, campos llenos de bote en bote, desplazamientos de su afición en masa... Vivían momentos de éxito y felicidad. Pero la gloria es efímera, y como dicen Guardiola o Bielsa, el éxito debilita porque no reparas en los errores que siempre, siempre, se cometen. El caso es que los períodos de bonanza económica, por lo general, suelen dar paso a etapas de recesión que en muchos casos terminan con el fútbol de los pueblos, y algo así sucedió en los casos de Andújar y Torredonjimeno.

Por eso ahora sus actuales presidentes se empeñan en basar sus proyectos deportivos en la cantera. Sueñan con alcanzar los objetivos a través de sus chavales. Pretenden estabalizar y garantizar el futuro de sus clubs. Un equipo que no está basado en su cantera requiere de un esfuerzo económico mucho más importante, por lo que el club acaba dependiendo de los dos o tres directivos de turno que se matan a diario por conseguir dinero. Eso está muy bien para el reconocimiento al trabajo de esos directivos, pero en realidad, el club se mueve en terrenos cenagosos cuando sólo pende de unas cuantas personas. Por eso, en Andújar y Torredonjimeno lo tienen claro: "mantén los pies en el suelo y trata de alcanzar las estrellas".