Mazazo a la liga.

Salvo hecatombe en Navas de San Juan, que se resiste a marchar al parón navideño como equipo virtual de Primera Regional, Los Villares cerrará la primera vuelta de la liga con cinco puntos de ventaja a su inmediato perseguidor, seis sobre el resto de un grupo que encabeza el Iliturgi. Todo porque tras el descalabro de La Guardia, los villariegos han encadenado tres victorias consecutivas culminadas con dos resultados sobresalientes ante Torredonjimeno y Santo Tomé. Según cuentan, en su paso por el Matías Prats redujeron al conjunto toxiriano de los récords a categoría de recién ascendido. Nada pudo hacer el equipo de Roger ante una plantilla concebida para jugar tanto en las extensas llanuras de norteamérica, como en un cajetín de la antigua fosforera española.

Medios centros de perfil jugón para esconder la pelota y aburrir al contrario, y gente fuerte y contundente para dar la talla en emboscadas, ya sea en su propio campo o en cualquier otro. Así es la plantilla de Los Villares, probablemente, la más completa de todo el campeonato, capaz de aplastar al Torredonjimeno en campo abierto, y de reinventarse una semana después para pintar la cara al Santo Tomé en reducidas dimensiones. Ayer le bastó con andar bien posicionado y comparecer con la intensidad del eterno aspirante que por fin apunta a campeón. Javi, seguramente la personificación perfecta de esa versatilidad, abrió la herida en la primera media hora para encarrilar un partido que sentenció Rubén tras aprovecharse de un saque de banda de Pi en la segunda parte. Samuel hizo tercero y cerró un partido en el que hubo expulsiones en ambos bandos. El gol de Zubi maquilló el resultado pero no provocó reacción alguna.

Finalmente, sobre el terreno de juego quedó la sensación de que Los Villares perderá muy pocos partidos en la segunda vuelta si vuelve a jugar con la misma intensidad. Apuesto a que uno de los rivales más duros al que deberán de enfrentarse serán ellos mismos, a sus incontrolables reacciones en momentos puntuales, a su falta de ambición en determinados encuentros. Porque ayer volvió a quedarse en inferioridad numérica por culpa de una primera expulsión perfectamente evitable. O porque a veces, como en el día de La Guardia, se muestran como un equipo de capacidades supremas pero sin una motivación deportiva aparente. Si logran controlar estas cosas, estoy convencido de que Los Villares pudo dar ayer un mazazo definitivo a la liga.