UN DEBUT FELIZ Y ALBOROTADO.


Los Villares ha comenzado la liga igual que acabó la anterior, en los puestos altos de la clasificación y con victoria cómoda ante un rival de inferior talla pero de su misma categoría, una Primera Andaluza nueva para el club y para el pueblo. Es cierto que la posición en la tabla no deja de ser anecdótica en la primera jornada, pero reconforta al directivo, levanta la moral del jugador y entusiasma al aficionado. Esta noche, la feliz noticia de la victoria recorrerá las tertulias y asaltará los bares. El número de socios no tardará en subir, porque Los Villares inicia una temporada histórica y también prometedora.

Lo de hoy fue una bonita carta de presentación, con muchos goles y remontada incluida. Y es que se adelantó el conjunto malagueño gracias a un penalti, claramente inexistente, que logró transformar Pareja a los quince minutos de partido.Sin embargo, parece que el gol en contra sirvió para sacudir los nervios iniciales de los villariegos, que en los próximos cinco minutos darían la vuelta al marcador con tantos de Juanito y Tolo Plaza. A partir de este punto, Los Villares se reencontró consigo mismo y gobernó hasta el descanso sin demasiada oposición. Entre tanto, la propuesta de juego directo del Barrio de Ntra. de Los Remedios decepcionaba al aficionado local, acostumbrado a ver mejores planteamientos y equipos más atractivos en la Regional Preferente.

Alguien debió advertirlo en el vestuario, porque tras la reanudación, el conjunto malagueño salió con otra actitud y mostró su mejor versión, aparecieron sus mejores futbolistas, presionaron arriba y encerraron a Los Villares en su campo. Los chicos de Rafa Ruano perdieron el control de la situación, e incluso por momentos parecían reventados físicamente, así que los malagueños consiguieron empatar a falta de veinte minutos para el final. Sin embargo, el gol significó nuevamente el estímulo necesario para despertar de su letargo al equipo, acaso preocupado de ver que se podían escapar tres puntos que parecían abrochados. Pero nueve minutos más tarde, Germán colocaba el 3-2 e instauraba de nuevo la paz en la grada; y Mutiu, el hombre que marca los tiempos y el ritmo de este equipo, hizo el cuarto para cerrar una tarde plácida pero alborotada.


Los Villares debutó y fue superior a su rival. Comenzó relajado. Remontó. Volvió a relajarse y le empataron. Más tarde sentenció. Ganó cuando quiso.