Aunque el empate pueda considerarse como resultado justo, lo cierto es que el Villacarrillo pudo llevarse los tres
puntos si tan sólo hubiera materializado las clarísimas ocasiones que generó
durante los noventa minutos. Sin embargo, además de la falta de puntería que
mostraron ambos equipos (el Marbella también las tuvo), el envite señaló a un protagonista
inesperado que asumió su papel de héroe para salvar los muebles del conjunto
local. El joven Bernal, portero
malagueño de diecinueve años que
debutaba en el día de ayer, tuvo que mostrar todo su repertorio para lograr
mantener en pie a su equipo y sacar un punto.
Primero golpeó el Marbella, pero el gol de Jona
a los cinco minutos de partido no fue argumento de peso para
intimidar al Villacarrillo y apartarlo de su camino. Los de Alberto Lasarte supieron encajar el revés y mantuvieron rumbo y velocidad constantes, así que al cuarto de hora, ya dominaban el partido y amenazaban seriamente la portería de su rival. Con todo bajo control, el Villacarrillo acumuló incursiones y ocasiones en el área del Marbella, territorio custodiado por el talentoso y descarado portero malagueño, que se empeñaba una y otra vez en amargar la visita el Villacarrillo. Incluso, llegó a parar un penalti a la media hora de juego.
intimidar al Villacarrillo y apartarlo de su camino. Los de Alberto Lasarte supieron encajar el revés y mantuvieron rumbo y velocidad constantes, así que al cuarto de hora, ya dominaban el partido y amenazaban seriamente la portería de su rival. Con todo bajo control, el Villacarrillo acumuló incursiones y ocasiones en el área del Marbella, territorio custodiado por el talentoso y descarado portero malagueño, que se empeñaba una y otra vez en amargar la visita el Villacarrillo. Incluso, llegó a parar un penalti a la media hora de juego.
Sin embargo, los jienenses no cesaron en su
acoso y, cuando se rozaba la hora de partido, Manolillo remató a la red para colocar el empate en el marcador y
resarcirse de su penalti errado. Bernal se
vio sólo en su tarea de achicar agua y nada podía detener el chaparrón de
ocasiones que se le estaba viniendo encima. Pero tras la tormenta siempre hay
lugar para la calma, y en cuanto el Villacarrillo
se dio un respiro, el Marbella
aprovechó para abalanzarse sobre la portería contraria y buscar el gol de la
victoria. En los últimos diez minutos, el conjunto marbellí pudo destrozar el
partido con dos clarísimas ocasiones de gol, pero el empate no se movió y dejó
una extraña sensación de justicia
flotando sobre el estadio municipal de Marbella.